Pasamos un buen rato, los hijos y familiares disfrutaron viendo a sus padres jugar un balonmano de altísimo nivel, resultado fue de empate para no cambiar de costumbres, y al final medallas para todos.
Bueno, el final no fue ese exactamente. El final fue un gran tercer tiempo, organizado por la APA Santa Mónica, en el cercano bar de El Elegante (sabia decisión) para recuperar los líquidos eliminados en el partido, disfrutar de la tortilla, recordar los viejos tiempos y pensar en repetirlo en más ocasiones.
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