El recuerdo de David estuvo presente toda la mañana, y también su icono en el mural que presidía la escalera principal. Ahí aprovechamos los entrenadores para hacernos la "foto de equipo". Genial el trabajo de Andreea en la elaboración de la pancarta, y precioso el resultado.
Los partidos estuvieron muy animados, y desde aquí damos las gracias al resto de clubs que facilitaron el trabajo de la organización. Al acabar los partidos, los familiares de David dieron una medalla de recuerdo a cada uno de los participantes. También hubo lacasitos para todos, y no faltaron las docenas de huevos frescos que se llevaron los mejores defensas de cada equipo.
Después de los partidos muchos de los jugadores se quedaron en la gymkana y en el resto de actividades, pensadas para que pudiesen estrechar lazos con los balonmanistas de otros colegios. Y se lo pasaron bien.
David, siempre entre nosotros.
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